Una mujer encuentra a un coyote herido y ayuda en su rescate

Sharon Bertozzi, de Estados Unidos, apenas podía creer lo que veía cuando despertó una mañana y descubrió una bola de pelos acurrucada detrás de los maceteros de su cobertizo.  

A medida que se acercaba, oyó un gemido suave y vio que la bola de pelos era, en realidad, un perro en estado de desnutrición. Como Sharon no tenía una correa y no estaba segura de si el perro tendría alguna enfermedad, llamó al refugio de animales de la localidad. Quince minutos después, cuando los trabajadores del refugio llegaron, el animal se había arrastrado debajo del techo. Los rescatistas se acercaron cuidadosamente y, cuando finalmente pudieron ver al "perro", quedaron completamente sorprendidos.

Resultó que el animal que Sharon pensó que se trataba de un perro era, en realidad, un coyote salvaje. Este se encontraba cansado y hambriento, y había buscado refugio debajo del cobertizo. Nadie podía estimar cuánto llevaba allí debajo, pero parecía que debía de llevar un buen tiempo viviendo allí. 

Sharon recuerda cómo se sintió en el momento en que vio al coyote: "Sentí simpatía por la triste criatura. Al principio pensé que se trataba de un perro abandonado que había venido a morir a mi jardín." 

La coyote hembra tenía graves magulladuras, estaba claramente muriéndose de hambre y estaba tan desorientada que había deambulado hacia un barrio atestado de gente. Motivados por el miedo, los coyotes normalmente tienden a evitar a los humanos, pero esta se encontraba demasiado débil como para pelear o huir. El equipo de rescate animal aseó a Princess, curó sus heridas y la alimentó abundantemente.

La coyote permaneció en el refugio por varias semanas, hasta que mejoró lo suficiente como para ser liberada en una reserva natural cercana. Junto a ella fueron liberados otros dos coyotes que también habían estado recibiendo tratamiento. 

Los rescatistas de animales se encontraban satisfechos al ser testigos de cómo Princess y sus compañeros coyotes se adecuaban bien a su nuevo hogar. Ha habido ya varios avistamientos de los tres animales luciendo sanos, felices y libres. 

Afortunadamente, las cosas salieron bien para Princess y para Sharon, quien la encontró. Sin embargo, la Gold Country Wildlife Rescue nos advierte que los humanos estamos constantemente interfiriendo en los hábitats de animales salvajes. Si esto continúa, los casos como el de Princess se repetirán. En todo caso, una cosa es segura: Sharon nunca olvidará el día en que despertó con un coyote descansando en su cobertizo.

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