5 formas de acabar con el olor a tabaco en casa
El humo del cigarro puede ser bastante maloliente. El olor es tan persistente que se puede convertir en un verdadero desafío el eliminarlo de algunas cosas. Si una de tus habitaciones aún huele a palos muertos bastante tiempo después de que alguien fumara allí, deberías intentar estos cinco trucos. Son sencillos y, efectivamente, ¡funcionan!
(Ah, y también considera esta posibilidad...)
1. Aire
El primer paso siempre es: abrir las ventanas. Deja entrar la mayor cantidad de aire fresco a la habitación. Luego, pon un bol con vinagre en medio del cuarto. El vinagre absorbe los olores muy bien y lo hace sin la necesidad de tener que esparcir ningún químico tóxico, en comparación a algunos desodorantes. ¡Alterna estos dos hasta que tanto el olor de los cigarros como el del vinagre se hayan ido!
2. Alfombra
Si la alfombra no quiere soltar el olor, espolvoréale bicarbonato de sodio, déjalo por una media hora y, finalmente, sácalo con la aspiradora.
3. Ropa
Todos los fumadores conocen bien este problema. De hecho, aquellos que se juntan con fumadores o pasan una velada en un bar ahumado, también conocen la dificultad de eliminar el poco agradable olor que queda. Si no tienes tiempo de hacer un lavado completo de tus ropas, intenta espolvorear las prendas afectadas con bicarbonato de sodio, colgarlas en la ventana para que les llegue aire fresco y, tras media hora, estarán listas para ser usadas de nuevo. Todo lo que tienes que hacer es sacudirlas bien.
4. Auto
Lo mismo con el auto: bicarbonato de sodio. Aplícalo, déjalo estar un rato y sácalo con la aspiradora. ¡Listo!
Y, por supuesto, vacía regularmente el cenicero.
5. Manos
Las manos son algo así como la tarjeta de presentación de las personas, y una de las más importantes. No solo es importante tener las manos limpias, las uñas cuidadas y la piel humectada... sino también, tenerlas sin malos olores. Si el hedor a cigarro no sale con el jabón, usa jugo de limón. Es antibacteriano y deja un aroma fresco.
Estos sencillos trucos son efectivos, no tóxicos y baratos: ¿qué podría ser mejor?