Esta niña celíaca comparte su experiencia con todos

Las peores enfermedades son aquellas que no sabemos que tenemos, porque damos por hecho que nuestro cuerpo se comporta de cierta manera y que es natural, pero no lo es. El caso de la estadounidense Mackenzie Hardin, la protagonista de esta historia, demuestra que no siempre tenemos que resignarnos.

YouTube/Advocate Children's Hospital

"Vomitaba mucho y perdí muchos días de escuela", cuenta la niña de 13 años. "Yo quería ser como los demás". Pero desde que tenía 6 años tenía constantes dolores de estómago y le daban ardores de garganta. Los médicos pensaban que era reflujo gastroesofágico, una enfermedad que hace que los ácidos del estómago vuelvan hacia el esófago. Y le pusieron un tratamiento acorde.

Y durante el tiempo en el que estuvo medicándose, Mackenzie estuvo mejor, pero una vez que dejó de tomar medicinas su enfermedad empeoró considerablemente. No podía apenas comer sin vomitar; se estaba quedando muy delgada y no crecía por la falta de alimentación.

YouTube/Advocate Children's Hospital

Pero cuando la llevaron a un hospital especializado para niños, los médicos supusieron que se trataba de otra enfermedad, por lo que no dudaron en hacerle una endoscopia a Mackenzie para encontrar pruebas de sus sospechas. Y estaban en lo cierto: lo que afligía a la pequeña era la enfermedad celíaca.

Esta es una enfermedad autoinmunológica que daña el intestino delgado del afectado cada vez que este come algún alimento con gluten. El gluten es una proteína que se encuentra en el trigo, el centeno y la cebada. "No me deprimí pero me puse triste por no poder comer dónuts y esas cosas", confiesa Mackenzie.

YouTube/Advocate Children's Hospital

Su madre, Jillian Hardin, le compró toda la comida sin gluten que pudo, y así empezó su nueva "dieta". Esto hizo que su hija mejorara casi instantáneamente: ahora podía comer sin quejarse de que le dolía el estómago, y pronto ganó peso y creció.

Jillian ajustó su dieta a la de su hija, y también dejó de comer comida con gluten. Para hacer las galletitas caseras que tanto le gustaban a Mackenzie, compró una harina especial sin gluten. Cuando su hija le dijo que sabían igual que las que ella hacía antes, la joven madre no pudo contener las lágrimas. Es algo que parece tan simple pero que a la vez representa algo más. 

YouTube/Advocate Children's Hospital

"No me siento diferente porque mis amigos están conmigo. Y hay cosas peores que te podrían pasar... Ser celíaca no tiene tanta importancia", reconoce la niña, optimista. En este vídeo, en inglés, puedes ver entrevistas con ella y sus padres:

Ahora Mackenzie es una niña sana más, que era lo que ella siempre había querido. Para ella fue muy importante que le realizaran el diagnóstico tan pronto cuando pudieron; pero puede haber gente que pasa toda su vida con esta enfermedad sin saber que algo va mal con su cuerpo. Ayuda a difundir la historia de Mackenzie para que gente que esté en una situación similar a la suya puedan aprender de ella.

Créditos:

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