Mexicano sufre graves consecuencias por no seguir indicaciones médicas

Sacarse las muelas del juicio parece una cirugía de rutina. En general, el dentista te receta algún antibiótico, un enjuague bucal y te enseña cómo limpiarte el área para que sane de la manera correcta. Algunos tenemos la mala suerte de que se nos infecta, lo que causa dolores que parecen haber sido una condena dirigida desde el mismo infierno… entonces, no nos queda otra cosa que volver para que nos digan qué hacer. Pero este chico mexicano no hizo eso nunca, y su historia terminó de una manera muy diferente a la usual.

El dentista le dijo claramente a Joel Santuario después de la cirugía que le habían hecho tenía que seguir una dieta estricta y hacer reposo durante dos semanas. La extracción de su muela había tenido que ser un poco más difícil, probablemente porque se encontraba incrustada. Sin embargo, Joel sentía que no le dolía nada y que no se justificaba dejar de trabajar por tanto tiempo por algo tan pequeño como esa heridita en su boca.

Durante los días siguientes a su cirugía, empezó a comer normal y volvió a trabajar como si nada hubiese sucedido. Y en eso estuvo su grave error. Después de dos semanas, una gran bola empezó a crecer en su mejilla derecha, justo donde le habían extraído la muela. Sus familiares lo obligaron a ir al doctor y en menos de dos horas tuvieron que operarlo: la herida de la operación se había infectado y un enorme absceso lleno de pus ponía en peligro toda su cara. El 7 de agosto, Joel subió un video a YouTube mostrando el proceso de su operación. ¡Si eres asquiento no lo veas!

En el video se puede ver claramente cómo el doctor regaña al chico y drena el absceso que, según sus propias palabras, huele horrible. Joel aguanta el dolor, pero claramente es algo que le gustaría haber evitado. En su mensaje de Facebook nos advierte a todos que no nos tomemos a la ligera las recomendaciones de los doctores a la hora de hacernos cualquier procedimiento quirúrgico. ¡Tenemos que confiar en ellos! 

Lamentablemente, Joel quedará para siempre con una marca en su rostro por el gran hoyo que tuvo que abrir el doctor para drenar todo el líquido putrefacto que se había acumulado en su mejilla. Mejor evitemos esa horrible experiencia, dolor y hediondez haciendo caso de lo que nos dicen los trabajadores de la salud. Ellos saben mucho más que nosotros al respecto. 

Créditos:

UPSOCL

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