Enferma terminal pierde a su marido y lo sigue cinco días más tarde
La historia de amor de Dalton y Katie Prager es agridulce. Se conocieron a través de Facebook en 2009 y se dieron cuenta de que eran almas gemelas. Un par de años después de conocerse en persona por primera vez, no perdieron tiempo y se casaron. Los dos tenían 20 años.
Su vida era preciosa, pero los dos estaban enfermos. Ambos padecían fibrosis quística, una enfermedad genética incurable que afecta a muchas partes del cuerpo, particularmente a los pulmones. Sin embargo, su experiencia compartida con la enfermedad los acercó todavía más. Solo había una cosa que no les gustaba: no se podían ir a vivir juntos porque para sus familias sería muy difícil cuidar de ellos. Eso significaba que tenían que seguir viviendo en estados diferentes. Aunque hablaban por videollamadas constantemente, era muy duro estar separados.
Los dos necesitaban desesperadamente un pulmón nuevo y estaban en la lista de espera para recibir un transplante. Katie amaba tanto a Dalton que decidió eliminar su propio nombre de la lista de transplantes para que él pudiera estar más arriba. De esta manera, él tendría más posibilidades de conseguir ese nuevo pulmón que tanto necesitaba. 
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El gesto desinteresado de Katie funcionó: Dalton recibió un pulmón nuevo en 2014 y Katie, en 2015.
Sin embargo, poco después de su operación, Dalton desarrolló un problema en los ganglios linfáticos que derivó en una grave infección pulmonar vírica. Tenía el presentimiento de que no le quedaba mucho tiempo y todo lo que deseaba era ver a su mujer por última vez. Pero el virus que tenía era contagioso y muy peligroso para otras personas con fibrosis quística, así que los doctores les aconsejaron que se mantuvieran separados el uno del otro. Dalton hizo caso; de ninguna manera iba a poner a Katie en peligro.
Pero a Katie no le importaban los riesgos. Prefería vivir una vida corta y feliz que una larga y miserable. Así que Katie invitó a Dalton a que la visitara en Kentucky.
La propia Katie tampoco se encontraba muy bien, su cuerpo estaba rechazando el pulmón transplantado. Los doctores no sabían qué hacer y le dijeron a su familia que se prepararan para lo peor. No estaban seguros de si duraría hasta diciembre. Dalton y Katie querían celebrar sus últimas Navidades juntos, así que sus familias decidieron que adelantarían la celebración unos meses: este año, Navidad caería en septiembre. Empezaron con las preparaciones y Dalton se preparó para comenzar el viaje.
Su equipaje estaba listo, pero Dalton nunca pudo hacer el viaje. Por desgracia, el chico murió la tarde del 7 de septiembre después de varias complicaciones relacionadas con su enfermedad.
Katie no tuvo la oportunidad de abrazarlo una última vez, pero pasó sus últimas horas con él haciendo una videollamada. Pudo verlo y escucharlo antes de que muriera, y tuvo la oportunidad de decirle lo mucho que lo amaba.
Mientras Katie celebraba la Navidad junto a su familia y amigos, dijo: "Pronto lo veré".
Y tenía razón: apenas cinco días después de la muerte de Dalton, Katie se fue con él.
Esta desoladora historia sobre dos jóvenes enfermos terminales que se enamoran nos recuerda a la novela de 2012 "Bajo la misma estrella" de John Green, que se convirtió en un bestseller. En 2014, la adaptaron en una preciosa película.
Justo como Hazel y August, los protagonistas del libro, Katie y Dalton se encontraron el uno al otro, se amaron el uno al otro y se perdieron el uno al otro. Pero con un poco de esperanza ahora vuelven a estar juntos en algún lugar, de alguna forma y, esta vez, para siempre.
Es difícil saber si deberíamos estar tristes o felices por ellos, ya que encontraron una de las cosas más puras que existen en la vida cuando todavía eran muy jóvenes: amor verdadero. Mucha gente pasa muchos años buscándolo y no son capaces de encontrarlo.