La trataron por su tumor cerebral, pero tuvo terribles consecuencias

Charlotte Reid, una adolescente de Sidmouth, Devon (Inglaterra), siempre había sufrido migrañas. Habían empezado cuando tenía solo 3 años y eran cada vez peores. A sus 15 años las jaquecas la dejaban adolorida por semanas completas. Siempre pensaron que se debía al estrés de la escuela o a otros motivos similares. Sin embargo, otros extraños síntomas empezaron a sucederse que alarmaron profundamente a los padres de Charlotte.

Su hija había dejado de crecer y parecía no estar entrando a la pubertad como las personas de su misma edad. Pero no fue sino hasta que empezó a perder la vista que sus padres y los doctores supieron la gravedad de la situación.

Cuando le hicieron un escáner en el cerebro descubrieron algo impactante. Dentro de él había una masa de unos 3 centímetros justo sobre la glándula pituitaria. Tuvieron que hacerle una biopsia para determinar que se trataba de un tumor benigno y no de cáncer. Pero aunque no fuera cáncer, este tumor estaba presionando el cerebro de Charlotte y causándole problemas que no la dejaban vivir.

El craneofaringioma, como se denomina a este tipo de tumor, estaba ubicado en una parte del cerebro tan delicada que era imposible operarlo de manera normal. Es por ello que decidieron hacerle un tratamiento pionero llamado “protonterapia”, pero que solo existe en Estados Unidos. Era la única posibilidad para salvarle la vida. Así que Charlotte viajó junto a sus padres a Florida. Era el año 2015 y estaban esperanzados de que los especialistas serían capaces de devolver a su hija a la normalidad para que viviera una adolescencia feliz. Pero estaban muy equivocados.

La protonterapia es un tratamiento muy eficaz, pero que puede tener efectos secundarios. Tras 9 semanas de tratamiento, todo parecía haber funcionado de maravillas. Charlotte se sentía bien y los doctores habían logrado detener el crecimiento del tumor y también congelarlo. “Al principio parecía estar bien, pero en diciembre de 2015 empezó a mostrar signos de confusión y fatiga extrema”, cuenta la madre de Charlotte. Y esto era solo el principio.

Charlotte empezó a olvidar cosas. Su memoria de las cosas que habían sucedido antes del tratamiento estaba intacta, pero toda la información nueva la olvidaba en cosa de horas. “En ese momento sabíamos que tenía que hacerse el tratamiento para salvar su vida. No había otra opción, pero ha tenido un impacto muy severo. Ella no recuerda qué día de la semana es o incluso qué almorzó”, relata angustiada su madre. 

La pérdida de memoria no ha sido el único efecto secundario del tratamiento. Charlotte no podrá recuperar su visión y quedará dañada para siempre. Además, desarrolló diabetes insípida e insuficiencia adrenal. Está constantemente yendo al hospital, porque nadie sabe qué cosa hará su cerebro esta vez. El tratamiento eliminó sus migrañas, que probablemente la hubiesen dejado completamente ciega, pero trajo consigo muchas consecuencias devastadoras.

“Es muy difícil para mí como madre. Gasto un montón de tiempo respondiendo preguntas que ella tiene. Su memoria ha sido afectada severamente”. Hasta ahora, nadie sabe qué pasará con Charlotte en el futuro. Para entrenar su memoria, va a terapia constantemente, utiliza tarjetas y notas, pero el avance es muy lento.  

A pesar de lo difícil que ha sido su vida, Charlotte es una adolescente positiva e inteligente. Se mantiene fuerte ante todos los efectos secundarios que vienen sin aviso previo y que muchas veces coartan por completo su vida cotidiana. Por su parte, los padres han comenzado campañas para reunir fondos que permitan que se estudie más el cerebro y su funcionamiento. "El cerebro es una cosa muy increíble. Se puede reestructurar a sí mismo, pero toma años. Sentimos que, en este minuto, aún estamos al comienzo de este viaje", señala la madre. 

Quizás la tecnología, las nuevas investigaciones y la medicina serán capaces de ayudar a Charlotte en el futuro. Su madre creó la página “El ejército de Charlotte, luchadora contra el tumor cerebral”, en donde comparte fotos de los avances de su hija, recauda dinero para la investigación y concientiza sobre el problema que significa desconocer tanto sobre el cerebro. A pesar de todo, es increíble cómo su familia se mantiene positiva e intenta vivir el día a día con una sonrisa en sus rostros. Esperamos que ese optimismo sea recompensado y Charlotte pueda encontrar pronto una cura para sus males. ¡Toda la fuerza para ella y su familia! 

Créditos:

MailOnline

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