Bebita con problema en el hígado recibe donación que salva su vida

Cuando una pareja está esperando un hijo, existe un pensamiento que sobrepasa a todos los demás: ¿qué pasaría si el bebé no naciera sano? Es un riesgo real que como padres deseamos con fuerza que no se cumpla, pero que a veces simplemente sucede. Para Amanda y Justin, los padres de Braylee Frankfort, de Illinois, Estados Unidos, se cumplió. 

Su pequeña hija nació y a los 2 meses fue diagnosticada con ictericia, pues sus ojos estaban de color amarillo. En ese entonces los doctores pensaron que no era nada más grave que un leve problema en el hígado, pero pronto se dieron cuenta de su error: la bebé seguía mal y, al hacerle unos exámenes, descubrieron impresionados que Braylee había nacido sin vesícula biliar. 

Su bilis estaba contaminando su cuerpo, así que los doctores tuvieron que conectarle el intestino directamente al hígado para que la bilis pudiera ser drenada. Sin embargo, la pequeña seguía empeorando. El hígado seguía sin funcionar bien y, para horror de los padres, su cuerpo comenzó a inflamarse de extraña manera.

Al ver que su estómago tenía el tamaño de una pelota, corrieron a la urgencia de un Hospital de Niños en San Louis. El cuerpo de Braylee se estaba llenando de fluidos, por lo que era urgente realizarle un trasplante de hígado. Sin trasplante, Braylee moriría. Como su caso era grave, quedó de las primeras en la lista para donaciones de órganos, pero parecía que ninguno llegaría a tiempo…

Entonces, antes de que fuera demasiado tarde, Justin se voluntarió para darle parte de su hígado a su pequeña hijita. Si bien una persona puede donar un poco de hígado, pues este se regenera, siempre es riesgoso. Pero nada de eso importaba: su hija moriría, y él tenía que hacer algo al respecto. Cada minuto contaba. 

Ya a punto de entrar a la sala de operaciones, con un Justin completamente preparado para la operación, la familia recibió un llamado telefónico de urgencia: ¡tenían un donante! Un hombre que había pasado a otra vida había sido generoso y dejado sus órganos para donar a niños que, como Braylee, lo necesitan con urgencia. El hígado era de un adulto, por lo que incluso sirvió para salvar a dos pequeños niños. 

El procedimiento fue un éxito. El cuerpo de Braylee recibió de manera positiva el hígado, y empezó inmediatamente a mejorar. Su color de piel se ve ahora completamente distinto, ¡parece otro bebé! 

Ya ha pasado un año desde que la pequeña recibió el trasplante. Ahora, a los 19 meses de edad, Braylee goza de buena salud. Le damos gracias a los héroes anónimos que ayudan a que otros puedan continuar con sus vidas. Y le deseamos el mejor de los futuros a la pequeña Braylee. 

Créditos:

littlethings

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